Claves semanales del 9 al 13 de diciembre de 2024
09 de diciembre de 2024
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Los bancos centrales vuelven a la palestra y, con importantes matices, seguirán avanzando en sus procesos de recortes de tipos. Hasta la fecha, los bancos centrales han actuado con bastante lentitud y cautela, con lo que la velocidad de flexibilización está siendo muy inferior a la velocidad con la que subieron los tipos en 2022 y 2023.
Monitor de mercado
De cara a las próximas reuniones, sin embargo, aunque el rumbo se mantendrá con pocos cambios, se harán evidentes ciertas divergencias entre países y áreas geográficas. En efecto, la Reserva Federal tiene sobrados motivos para actuar con mucho tacto, dada la robustez de la actividad económica al otro lado del Atlántico. En Europa, sin embargo, la actividad es mucho más débil y, en consecuencia, es probable un mensaje mucho más laxo por parte del Banco Central Europeo. Mientras tanto, Japón seguirá subiendo los tipos de interés.
Para la Reserva Federal, que se reúne la semana que viene, el informe de empleo del mes de noviembre habrá dejado más incertidumbres que certezas: de una parte, se evidenció una fuerte creación de empleo de 227.000 nuevas nóminas que, combinado con revisiones al alza de los datos anteriores, sitúa la media móvil de 3 meses en unos muy saludables 173.000 empleos mensuales. Sin embargo, la tasa de desempleo, que aumentó hasta el 4,2%, hubiera llegado al 4,4% de haberse mantenido estable el porcentaje de participación de la fuerza laboral. El mercado piensa que la subida en la tasa de desempleo pesará más en la decisión de la Fed que el fuerte aumento en las nóminas, por lo que cree más probable un nuevo recorte de tipos de 25 puntos básicos.
No obstante, habrá que esperar a los datos de inflación de esta semana para terminar de ajustar las expectativas, ya que los miembros del FOMC que hablaron en los últimos días mantuvieron abiertas sus opciones. El presidente Powell reiteró que las tasas deberían mantener una trayectoria descendente, ya que la política monetaria sigue siendo restrictiva, aunque también dijo que la fortaleza económica permite a la Fed abordar este camino con cautela. El gobernador Waller indicó que se inclina por un recorte, pero que esa decisión dependerá de los datos que se reciban antes de la reunión. Los presidentes de la Fed de Nueva York y Atlanta, Williams y Bostic, se mostraron evasivos, mientras que la presidenta de la Fed de Cleveland, Hammack, sugirió que podría apoyar una pausa en diciembre, al afirmar que la política puede no estar lejos de la neutralidad.
Será la inflación de noviembre, en definitiva, la que tenga la última palabra y, en este sentido, el consenso del mercado espera una lectura del IPC subyacente del 0,3% mensual por cuarto mes consecutivo, lo que mantendría elevadas las incertidumbres sobre el proceso de desinflación y no contribuiría a disipar las dudas de los miembros de la Reserva Federal.
El Banco Central Europeo, por el contrario, ofrecerá el jueves un discurso más laxo y es probable que en su comunicado modere su intención de mantener los tipos «suficientemente restrictivos». Por supuesto, bajará las tasas 25 puntos básicos por cuarta vez en 2024, apoyándose probablemente en unas nuevas proyecciones macroeconómicas que moderarán las expectativas de inflación y el crecimiento económico en 2025, debido a una mayor incertidumbre económica, política y comercial. En la rueda de prensa posterior, Lagarde se enfrentará a preguntas de los periodistas sobre los riesgos comerciales que plantea la presidencia de Trump y sobre la situación de ingobernabilidad que afronta Francia.
Cambiando de tercio, la situación política mundial no puede ser más compleja. En Francia, el gobierno del primer ministro Barnier se derrumbó después de que el partido Agrupación Nacional de Marine Le Pen votara con el bloque de izquierda a favor de la moción de censura que siguió a la aprobación por decreto del presupuesto de la Seguridad Social para 2025. Sin embargo, contrariamente a lo que cabría esperar, los diferenciales de la deuda soberana francesa se estrecharon con claridad la semana pasada, después de que el presidente Macron dejara claro que no tiene intención de dimitir y que Le Pen manifestara su voluntad de trabajar con el próximo gobierno.
El siguiente paso es que Macron nombre a un nuevo primer ministro, que se encargará de formar gobierno. Sin embargo, independientemente del líder elegido, es probable que se encuentre en una posición igualmente precaria y que el gobierno resultante también sea de corta duración, ya que en julio de 2025 podrían convocarse nuevas elecciones legislativas. En cualquier caso, es muy dudoso que pueda aprobarse un nuevo presupuesto antes de fin de año, con lo que de momento se prorrogaría el de 2024, poniendo así en tela de juicio la consecución de los objetivos fiscales que exige a Francia la Comisión Europea.
Los acontecimientos políticos también saltaron al foco de la atención mediática en Corea del Sur, después de que el presidente Yoon declarara inesperadamente la ley marcial. Solo unas horas después, la Asamblea Nacional votó a favor de levantar la medida y el presidente cumplió con el mandato. En este sentido, las incertidumbres resultaron efímeras y es poco probable que hayan provocado daño económico. Sin embargo, podría persistir cierta incertidumbre política a corto plazo, como revelaron tanto el fracaso de la moción de censura para sustituir a Yoon, como los crecientes disturbios sociales.
Los otros dos focos de incertidumbre política se sitúan en Siria y Rumanía. En el país del este de Europa, una sorprendente decisión del Tribunal Constitucional anuló la primera vuelta de las elecciones presidenciales y canceló la segunda, ante las sospechas de injerencia rusa en el proceso electoral. La extraordinaria medida, que muchos ven desproporcionada, podría generar una corriente de apoyo adicional para el candidato euroescéptico Georgescu, que fue el ganador de la primera vuelta y que debería haberse enfrentado el domingo a la candidata de centro derecha Elena Lasconi. En Siria, cayó el gobierno de Bashar al-Assad, que buscó asilo en Rusia y el control del país pasó a manos de los rebeldes. El derrocamiento de Al-Assad está repercutiendo sobre toda la región de Oriente Medio y supondrá un duro golpe para Rusia e Irán, sus principales aliados extranjeros.
Por último, la política será el centro de atención en China, ya que el país celebrará su Conferencia Central de Trabajo Económico los días 11 y 12 de diciembre. Este evento condiciona el sesgo de la política económica y suele estar presidido por el presidente Xi. En la conferencia, se discutirá el objetivo de crecimiento para 2025 y distintos aspectos fiscales. Con la amenaza arancelaria de Trump en el horizonte, es probable que el comunicado de la reunión deje abierta la puerta a la implementación de mayores estímulos fiscales, aunque no parece que puedan anunciarse todavía medidas concretas, en ausencia de turbulencias económicas y financieras relevantes. Eso sí, China está respondiendo a las amenazas de Trump y las restricciones de Biden en torno a las exportaciones de semiconductores, prohibiendo la exportación de materias primas críticas a Estados Unidos.