Carta a inversores 2019. Equipo de Renta Variable de BBVA Asset Management
17 de enero de 2020
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Terminado el año 2019, parece conveniente hacer un balance sobre lo que nos ha enseñado el mercado este periodo, cómo lo hemos afrontado desde nuestras carteras de Renta Variable y cómo encaramos 2020.
En primer lugar cabe reflexionar sobre los riesgos de los mercados para este 2020…si echamos la vista atrás al escribir estas mismas líneas hace 12 meses, veníamos de unos mercados turbulentos e inquietos ante diversos factores de riesgo: la guerra comercial, el desenlace del Brexit y la desaceleración (que no recesión) de las principales economías mundiales. El mercado descontó con creces esos riesgos y finalizó el 2018 con unas caídas que en algunos momentos reflejaban patrones de pánico e histeria colectiva.
Han pasado 12 meses, y aunque 2 de esos 3 riesgos se han moderado en las últimas semanas del año, antes de producirse esto ya estábamos ante uno de los mejores años que podemos recordar en la historia reciente para los mercados…todo esto inmediatamente después del pánico desatado a finales de 2018. Un inversor sensato e inteligente debería analizar el comportamiento del mercado y tratar de deducir las causas del mismo para intentar aprender y ser mejor en el futuro tratando de anticipar estos movimientos.
Desgraciadamente cuando uno trata de racionalizar este tipo de comportamientos se topa con la realidad y aterriza forzosamente en el terreno del Behavioral Finance o las Finanzas del Comportamiento. Es complicado (por no decir imposible) encontrar un motivo objetivo y racional que justifique a priori las exageradas caídas de final de 2018 y los abruptos repuntes de este año, cuando realmente poco ha cambiado en el escenario de fondo. El mercado entre medias ha ido alternando un pesimismo absoluto con todo lo contrario. Podemos decir que estamos donde nos tocaba estar, pero el camino seguido ha sido un sendero de cierto trastorno bipolar por parte del mercado. Como inversores de largo plazo en Renta Variable, tenemos que evitar caer en esa trampa, ya que si nos dejamos llevar por nuestras emociones como el mercado, posiblemente venderemos en el mayor momento de pánico (cuando la oportunidad de compra es mayor) y compraremos en los momentos de mayor complacencia (cuando realmente más riesgo asumimos). No debemos perder de vista que una cartera de Renta Variable a largo plazo siempre ha sido el activo más rentable (en los últimos 10 años el MSCI Europe Net ha subido más de un 100%).
«Si somos capaces de tolerar la volatilidad del mercado a corto plazo, la recompensa a largo plazo en forma de revalorización de nuestro patrimonio es lo suficientemente atractiva como para hacer el esfuerzo, siempre y cuando nuestro horizonte de ahorro sea realmente de largo plazo.»
Al ser humano le encanta por naturaleza buscar atajos… lo fácil y lo rápido siempre es más atractivo que lo laborioso y lento, y la tentación de jugar a ser adivinos a corto plazo es muy seductora para muchos. Nosotros admitimos con humildad que nuestra capacidad para adivinar lo que va a hacer el mercado de renta variable a corto plazo es inexistente, y optamos en nuestro proceso inversor por el camino largo y laborioso del análisis, estudio de compañías y negocios y vocación de largo plazo, e intentamos aprovechar esos momentos de locura transitoria del mercado que se producen continuamente (y parece que cada vez con mayor frecuencia) para buscar las mayores oportunidades de inversión para nuestros partícipes.
«Nuestro proceso inversor se basa en el camino largo y laborioso del análisis, estudio de compañías y negocios, y la vocación de largo plazo para buscar las mayores oportunidades de inversión para nuestros partícipes»