Claves semanales del 16 al 20 de diciembre de 2024
16 de diciembre de 2024
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El panorama económico de 2024 ha estado dominado por eventos políticos inesperados y un giro significativo hacia la flexibilización monetaria por parte de los principales bancos centrales del mundo. De esta forma, en general, las distintas autoridades monetarias han reducido los tipos de interés en un esfuerzo por retirar restricción monetaria, a medida que las tasas de inflación iban convergiendo hacia sus objetivos de largo plazo. Sin embargo, la intensidad de estas medidas ha variado en función de las circunstancias económicas de cada geografía. Esta semana no ha sido una excepción y los bancos centrales nos han deparado movimientos en algunos casos inesperados.
Monitor de mercado
De esta forma, el Banco Central Europeo recortó las tasas de interés en 25 puntos básicos y adoptó un lenguaje más laxo, eliminando su sesgo restrictivo anterior. Aunque mantuvo su opcionalidad sobre el ritmo de futuras bajadas, sugirió que la política monetaria sigue avanzando hacia una menor restricción. BBVA Research considera que el BCE acometerá cuatro recortes adicionales en 2025, dejando la tasa de depósito en niveles del 2,0% a finales de año, siempre dependiendo del comportamiento de la inflación y el crecimiento económico.
En contraste, el Banco Nacional Suizo y el Banco de Canadá realizaron recortes más agresivos, de 50 puntos básicos. Mientras que el movimiento del BoC estaba descontado por el mercado, el recorte del SNB sorprendió a los inversores. La institución justificó su decisión en la evolución de la inflación, que ya se acerca al 0% interanual excluyendo alquileres y en que quiere anticiparse al mercado, para evitar tener que volver bajar los tipos hasta niveles negativos.
Mientras tanto, China envió señales claras de un giro hacia una política monetaria más laxa. El Banco Popular de China prevé recortar los tipos de interés y reducir el coeficiente de reservas obligatorias para estimular el crédito y el consumo. Este movimiento refleja las crecientes presiones deflacionistas y los altos costes financieros reales. Sin embargo, es poco probable un escenario de movimientos de tipos agresivos, ya que las autoridades monetarias se mantienen limitadas por la evolución del tipo de cambio.
En definitiva, los movimientos de los bancos centrales en la última semana reflejan una dinámica compleja entre las necesidades de estimular el crecimiento económico y controlar la inflación. Algunos optaron por medidas agresivas para abordar desafíos inmediatos, mientras que otros priorizaron un enfoque más gradual y cauteloso. A medida que el año llega a su fin, el panorama global sigue marcado por un delicado equilibrio entre los riesgos económicos y las prioridades de política monetaria.
La política monetaria global continuará siendo la protagonista esta semana, con varias reuniones de bancos centrales en las principales economías y mercados emergentes. En Estados Unidos, la atención estará puesta en la reunión de la Reserva Federal. Se espera que la institución reduzca la tasa de fondos federales en 25 puntos básicos, llevándola a un rango entre el 4,25% y el 4,50%, en línea con las expectativas del mercado. Aunque los últimos datos publicados han mostrado una economía resistente, con un sólido crecimiento del consumo y un mercado laboral robusto, los responsables de la Fed han señalado que el ritmo de futuros recortes probablemente será más lento. Asimismo, se anticipa que las proyecciones del Comité para 2025 reflejen menos recortes de tipos de lo previsto en el mes de septiembre, posiblemente solo dos o tres movimientos adicionales. Esto subraya un enfoque más prudente, dada la resistencia a la baja que ha mostrado la inflación en los últimos meses.
En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra probablemente mantendrá los tipos de interés en el 4,75%. Los últimos datos de actividad en el país han sido decepcionantes, especialmente el PIB de octubre, que se contrajo un -0,1%, cuando se había esperado un crecimiento de la misma magnitud.
A pesar de estos datos, los expertos consideran que el BoE no realizará cambios en los tipos de interés en esta reunión. El recorte de tipos implementado en noviembre es muy reciente, y los miembros del Comité parecen favorecer un ritmo trimestral en las bajadas de tipos. Sin embargo, persisten discrepancias. Algunos miembros podrían inclinarse por un nuevo recorte en diciembre, dados los crecientes riesgos que afectan a la actividad económica en el país.
En Japón, el banco central se enfrentará a una decisión crítica. Aunque se espera que mantenga los tipos sin cambios, el foco estará en su revisión de la política monetaria a largo plazo, que podría justificar la normalización gradual en las tasas de interés para 2025. A pesar de la presión del mercado y las elevadas cifras de inflación, las autoridades japonesas han señalado la necesidad de proceder con cautela, dada la reciente estabilidad del yen y las condiciones políticas internas.
En México, Banxico podría continuar con su ciclo de recortes de tasas, mientras mantiene una postura vigilante respecto a los riesgos cambiarios derivados de las políticas del presidente electo de Estados Unidos.
En definitiva, esta semana será crucial para evaluar la trayectoria de la política monetaria global. Los bancos centrales parecen estar adoptando estrategias diferenciadas: mientras algunos se enfocan en mantener una alta gradualidad, otros se enfrentan a presiones internas y externas para ajustar su política con mayor rapidez.
Por último, la geopolítica no para. Tras los movimientos de política monetaria, la incertidumbre geopolítica global continuó bajo el foco del mercado. Destacó especialmente el colapso inesperado del régimen de Assad en Siria, lo que podría transformar el panorama geopolítico en Oriente Medio. La caída de Assad plantea preguntas sobre el futuro papel de Rusia en Siria, la influencia regional de Irán, y las relaciones de Siria con Turquía, Jordania y Líbano. En respuesta al vacío de poder, Israel desplegó tropas en la zona desmilitarizada de los Altos del Golán y lanzó ataques aéreos sobre varios objetivos militares. Además, se informó que seis aldeas drusas del sur de Siria han solicitado ser anexadas a Israel.
En paralelo, en Francia, el presidente Macron nombró al centrista François Bayrou como nuevo primer ministro. Bayrou enfrenta el desafío de formar un gobierno que, en el mejor de los casos, contaría con el apoyo de una coalición minoritaria. A nivel fiscal, la Asamblea Nacional francesa debate actualmente un proyecto de ley especial que permitirá gestionar la recaudación fiscal en 2025, aunque persisten los riesgos de un alto déficit, en ausencia de reformas. En las últimas horas, Moody’s rebajó la calificación crediticia de la deuda francesa hasta Aa3, desde Aa2, tres niveles por debajo de la calificación máxima. La agencia justificó su decisión en la percepción de que existen muy pocas probabilidades de que el próximo gobierno pueda reducir de manera sostenible los actuales déficits fiscales.