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Cómo afectan los tipos de interés a la Bolsa

BBVA AM España

15 de enero de 2020

Los tipos de interés y la Bolsa siempre están conectados. Compiten continuamente entre sí y tienen efectos muy claros sobre las empresas cotizadas.

En una situación de altos tipos de interés, la Bolsa pierde brillo ya que el inversor preferirá acudir a esos tipos elevados y evitar los mayores riesgos que implica la Bolsa. Sucede todo lo contrario cuando los tipos son bajos, ya que sin retribución del dinero, el inversor opta por asumir más riesgos con el fin de que su dinero no pierda poder adquisitivo por la subida de la vida (inflación).

Los efectos en las empresas son muy claros. Los bajos tipos de interés rebajan el coste de la nueva deuda que emiten. Esto les permite aumentar sus beneficios de forma directa. Cuando baja la factura del pago de intereses de sus bonos, obligaciones, pagarés o del crédito bancario ese dinero va a resultados y empuja a la subida del precio de las acciones.

Tradicionalmente, los bancos centrales de las distintas economías bajan sus tipos de interés para impulsar la economía y que con un dinero más barato se invierta más, se cree más empleo y se consuma más. Muchas veces el abaratamiento del precio del dinero es excesivo y ello provoca la generación de burbujas en distintos activos financieros como la deuda o la Bolsa o, incluso en el mercado de bienes tangibles como el inmobiliario. Gran parte de la responsabilidad de la reciente burbuja inmobiliaria que explotó en España en el 2010 se debió tanto a la facilidad en la concesión de hipotecas como en los bajos tipos de interés a las que se ofrecían. 

Pero esta teoría que siempre se ha cumplido, tropieza ahora con un escenario inesperado. Desde la crisis de 2007 iniciada por el cierre de Lehman Brothers como exponente de prácticas irregulares en la ingeniería financiera, el precio del dinero se ha establecido en cero y muchos activos públicos (letras y bonos) ofrecen rentabilidades negativas. Es decir, ahora mismo los inversores están pagando por prestar dinero a los numerosos estados europeos.


Estamos, pues, en una situación especial donde los tipos y la Bolsa tienen influencia, pero no tanta como en el pasado.

La duración de esta situación ha llevado a que los bajos tipos de interés hayan pasado a un segundo plano en la marcha de los mercados de acciones. Aunque los inversores están muy pendientes de las declaraciones de los grandes bancos centrales (FED y BCE) se sabe de antemano que los tipos no subirán por lo que la Bolsa trabaja con este escenario y, en gran medida, ha desaparecido ese factor sorpresa como ya ocurre con Japón que lleva décadas de tipos cero.

Estos tipos de interés tan bajos están alertando de que situación económica no acaba de estar clara pese a los crecimientos modestos de las economías y los bancos centrales no se atreven a subir el coste del dinero. La Reserva Federal Estadounidense (FED) después de subir tipos en el último año, confiada en que la economía crecía con solidez está dando marcha atrás en estas medidas para evitar que esta medicina implique un deterioro de su economía. Estamos, pues, en una situación especial donde los tipos y la Bolsa tienen influencia, pero no tanta como en el pasado. 

En un contexto de mercado como el actual, el inversor particular sin excesivo conocimiento de mercado, ni tiempo para gestionar su inversión, lo mejor es que deje dicha gestión en manos de profesionales. Productos como los fondos multiactivo o las carteras perfiladas de fondos, por la gestión activa que tienen detrás, son el producto ideal para defenderse de una situación de mercado volátil y cambiante. BBVA dispone de una gama de producto amplia en este tipo de producto como los fondos de la gama «Tu Multiactivo».

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