Cómo iniciarte en la inversión sin poner en riesgo tu ahorro
25 de noviembre de 2021
4 min de lectura
Al iniciarte en cualquier campo es habitual caer en algunos errores comunes. En el mundo de la inversión sucede lo mismo. Existe una serie de decisiones habituales que pueden llevarnos a dar unos primeros pasos desacertados, jugando con esos ahorros que tanto nos han costado conseguir
Aquí van 5 consejos sobre lo que no debes hacer cuando empiezas a invertir:
Seguir al rebaño: invertir o desinvertir porque el entorno invita a ello
No te dejes llevar ni vendas los activos de tu cartera (rescatar, etc.) en situaciones de pleno pánico colectivo. Este error se puede evitar poniendo tu ahorro en productos gestionados por expertos, como fondos de inversión y otras instituciones de inversión colectiva (IIC).
Seguir ciegamente consejos de un amigo o familiar, especialmente si no es un experto
Dicho al revés, a la hora de invertir, ten en cuenta las recomendaciones de gente que tenga conocimientos profundos, ya sea asesores financieros expertos o entidades que gestionen la inversión de tu ahorro (a través de IIC como fondos de inversión).
Invertir el dinero que se puede llegar a necesitar a corto plazo
Antes de invertir tu dinero debes pensar siempre en tus necesidades y metas financieras para:
- asegurar que tendrás liquidez si surge algún imprevisto
- poder planificar bien tus objetivos futuros
Ten en mente y cuantifica cuanto podrían suponer esas necesidades de corto plazo no previstas (se suele recomendar reservar entre 3 y 6 meses de salario).
Endeudarse o pedir prestado para invertir
Salvo que seas un experto y te dediques profesionalmente al mundo de la inversión, no inviertas lo que no tienes.
No tener en cuenta los otros “costes asociados a la inversión”: impuestos, inflación y gastos de gestión
Cuando te fijes un objetivo de rentabilidad piensa en el rendimiento neto después de impuestos que podrías tener, no en el rendimiento bruto. Es la llamada rentabilidad financiero-fiscal. Cada vez que rescatas de inversiones tienes que pagar impuestos y es conveniente que lo hagas siguiendo criterios de optimización fiscal.
Para poder determinar con exactitud la rentabilidad neta de tus inversiones, ten en cuenta qué retenciones tienen los rendimientos de la inversión, en qué momento afloran esos rendimientos y sus retenciones, el tratamiento de las ganancias o pérdidas patrimoniales en ese tipo de inversión, si se puede diferir el pago de impuestos (por ejemplo, el caso planes de pensiones) y si hay incentivos fiscales a determinadas forma de inversión.
La inflación es también un elemento clave para cuantificar tus ganancias con una inversión. Los rendimientos reales que se deben considerar son aquellos obtenidos una vez descontado el efecto de la inflación.
Finalmente, debes tener en cuenta todos los gastos asociados a la inversión y al producto financiero:
- Debes pagar una comisión de gestión (normalmente sobre el derecho acumulado), a la entidad que gestione los fondos u otros productos de inversión en los que seas participes y así como una comisión de custodia. A veces se pagarán también comisiones de suscripción o contratación.
- Si tienes un asesor financiero le deberás pagarle una minuta o honorarios por sus servicios
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