Cuando la incertidumbre vuelve a los mercados, tranquilidad y visión de largo plazo
27 de marzo de 2023
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Los acontecimientos negativos en los mercados de valores, afectarán a la rentabilidad de tu ahorro en el largo plazo mucho menos de lo que podría parecer.
Nos encontramos de nuevo que la incertidumbre ha vuelto a los mercados, las crisis de los bancos Credit Suisse y de Silicon Valley Bank (SVB), que ha concluido con el acuerdo de compra de la primera por parte de UBS, y la quiebra del segundo, han traído consigo caídas en los mercados bursátiles, afectando especialmente al sector financiero. Todo ello, tras un año 2022 de caídas generalizadas consecuencia de la guerra en Ucrania, de sus implicaciones en el suministro y en el incremento de los precios de los combustibles fosiles, que posteriormente contagió al resto de la economía con una alta y persistente inflación.
No obstante, la mayoría analistas y expertos definen como casos concretos y aislados las crisis de SVB y de Credit Suisse, atribuyendo al primero una inadecuada gestión y al Banco suizo un deterioro que llevaba años fraguándose. Los fundamentales de los bancos, en España y en la Unión Europea, son sólidos y sus balances están saneados.
Las pérdidas en bolsa de los bancos españoles y del resto de la UE de estos días responden una cuestión de mero reflejo o de desconfianza de los mercados.
Cuando los objetivos financieros tienen un horizonte de largo plazo, momentos de incertidumbre como el actual, no debería preocuparte en exceso
En el pasado se ha demostrado que, hasta las mayores crisis financieras, no tienen gran impacto en una estrategia de inversión a largo plazo. Pese a la volatilidad de las últimas semanas y a la persistencia de la inflación, los datos económicos siguen siendo moderadamente positivos.
Un ahorrador con una estrategia de largo plazo, que sea adecuada a su perfil de riesgo, debería no tomar decisiones precipitadas. En caso de hacerlo, corre el riesgo de consolidar como pérdida esa caída transitoria del valor.
Es conveniente esperar a la recuperación que se suele producir después de una importante caída, y continuar con un perfil de inversión adecuado al horizonte temporal que le queda hasta la realización de su objetivo financiero.
Las caídas de los mercados de valores son algo natural en el proceso de inversión
La renta variable ha tendido a subir de manera constante durante largos periodos de tiempo. No obstante, las caídas del mercado son inevitables en el proceso de inversión. Sin embargo, los mercados bajistas no se prolongan en el tiempo. Tras cada una de las caídas habitualmente se ha registrado un periodo de recuperación y un nuevo máximo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que retornos pasados no garantizan resultados futuros.
Ojo con nuestro miedo a las perdidas, nos puede jugar una mala pasada
El sesgo de la aversión a las pérdidas podría condicionar la reacción de muchos inversores ante la reciente inestabilidad de los mercados financieros.
Este sesgo produce que a las personas nos afecte más el dolor de perder dinero que la alegría de ganarlo. Nuestra tendencia natural es huir de los mercados de valores cuando los precios de los activos se desploman, o bien traspasar nuestro patrimonio a opciones de fondos de inversión más conservadores o a productos sin riesgo (depósitos, etc.). En cambio, compramos rápidamente cuando las cotizaciones se disparan. Ambas reacciones pueden tener consecuencias negativas.
La inversión basada en emociones podría resultar contraproducente
Según la economía del comportamiento, las personas suelen actuar de manera irracional cuando toman decisiones financieras.
Es lógico que los ahorradores se pongan nerviosos cuando el mercado cae. Sin embargo, lo que hacen durante dichos periodos de bajada con su inversión es lo que determina que tengan las ganancias o pérdidas. Si entendemos las consecuencias de comportamientos como el efecto anclaje (tomar como referencia o establecer como base la primera información recibida, por ejemplo el precio histórico de una acción), el sesgo de confirmación y el sesgo de disponibilidad, podemos llegar a identificar los errores potenciales en la inversión antes de cometerlos.
Tener un plan de inversión y seguirlo hasta el final, ahorrando a través de aportaciones periódicas
Hacerse un plan de acumulación de capital es una buena forma de evitar los inútiles intentos de predecir el comportamiento del mercado. Consistiría en realizar aportaciones periódicas a los productos de inversión, recomendablemente mensuales, con independencia de las subidas y bajadas del mercado. Invirtiendo a través de aportaciones periódicas se estará reduciendo el riesgo de entrada y la volatilidad, comprando a un “precio medio”:
- algunas aportaciones compraran participaciones en el fondo a un precio más caro, por ser realizadas en un momento en que los mercados estén cotizando alto.
- Otras aportaciones se “compraran” más barato o muy barato, por ejemplo, entrando en momentos de caídas de los mercados.
Un ahorrador de largo plazo no debería tomar de decisiones de compra o venta de activos, o de realización de aportaciones a su fondo de inversión o plan de pensiones, intentando anticipar el movimiento, al alza o a la baja, que tendrá el precio de estos activos en los que invierte o en general los mercados. No obstante, se podría plantear realizar alguna aportación extraordinaria (complementaria a la periódicas) aprovechando un bajo valor de los mercados bursátiles.
Finalmente, lograrás una diversificación adecuada en la inversión de tu ahorro, reduciendo el riesgo, poniéndote en manos de entidades expertas, con los conocimientos y el acceso a la información adecuada para la toma decisiones de asignación de activos.