El matching contribution aplicado al ahorro y a la educación financiera de nuestros hijos
18 de noviembre de 2022
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El matching contribution o contributividad es una herramienta muy utilizada en los planes de pensiones de empleo alrededor del mundo. El mismo parte de la idea de compartir el esfuerzo, de que el empleado perciba más fácilmente el valor del beneficio que está recibiendo y del esfuerzo que está haciendo su empresa. Hace referencia al hecho de que para que su empresa contribuya a su favor a un plan de pensiones o instrumento alternativo, ese trabajador también tiene que hacer su aportación personal obligatoria.
El concepto de matching contribution parte de la idea de “igualar la aportación” del trabajador, en el sentido de que la empresa aportaría lo mismo que el trabajador. No obstante, ha evolucionado y en muchos casos recoge diferentes niveles de aportación entre trabajador y empresa: por ejemplo, los casos en los que la empresa aportar el doble o tres veces más que el trabador (contribución empresa 3% del salario fijo del trabajador, aportación trabajadora 1%).
El objetivo buscado es que el trabajador, cuando es consciente del esfuerzo económico que le supone su aportación personal obligatoria, valorará más el esfuerzo que hace la empresa con su contribución.
Esta técnica del matching contribution ha sido una formula muy exitosa y testada en todo el mundo como un mutiplicador del número de trabajadores participantes y aportantes a planes de pensiones de empleo y, por lo tanto, ha sido una de las medidas que más han incrementado el nivel de ahorro de los trabajadores en muchos países, como Estados Unidos, Reino Unido, Holanda y Nueva Zelanda, ya sea en sistemas de pensiones de empleo obligatorios o voluntarios.
¿Cómo aplicar el matching contribution dentro las familias, para apoyar el ahorro y la educación en el ahorro y en la planificación financiera de sus hijos?
Si la contributividad en el ahorro (o matching contribution) ha sido exitosa en los planes de pensiones de empleo, también lo será para las familias para lograr el objetivo de que los niños empiecen a adoptar hábitos de ahorro y asimilen los conceptos de la planificación de su economía personal.
Entonces, ¿Cuál es la idea?
Que los padres o tutores también coparticipen en el ahorro de sus hijos (niños o adolescentes), contribuyendo ellos también. Obviamente, son ellos los que les dan a los niños una paga o una asignación (tomémoslo como si fuera un salario semanal). Pero no nos referimos a la paga (esta claro que todo el esfuerzo económico, toda la financiación proviene de los padres), sino a que hacer con esa paga.
Si el niño se compromete a ahorrar una parte de la paga y ponerla en la hucha (digital o física), los padres también pondrán su parte adicional, igualando lo que pone el hijo o poniendo una cantidad menor que la que pone el hijo, para que el niño o adolescente vea que su esfuerzo tiene recompensa.
Un ejemplo:
Por cada 2 euros que el niño (o adolescente) se comprometas a ahorrar, y que demuestre que ha ahorrado, los padres podrían poner otro euro adicional (por ejemplo, haciéndole un Bizum si tuviese cuenta de ahorro y teléfono, o poniéndolo dentro de su hucha, si todavía es demasiado joven para tener Bizum o similar). Entonces, si en un mes se ha esforzado ahorrando 10 euros, los padres pondrán otros 5 euros, y en total habrá ahorrado ese mes 15 euros.
¿Pero esa aportación de los padres debe ser a cambio de nada?
No. Se ha de exigir al niño cumplir unos requisitos. Para educar en el ahorro y la planificación, no es suficiente con que se compartan esfuerzos y el niño se esfuerce.
El niño o adolescente se ha de comprometer, ante sus padres, con un objetivo de medio plazo (¡ojo!, medio plazo para él, no el medio plazo de los adultos):
Por ejemplo, empezar a ahorrar en enero para comprar un video juego en verano, o para ayudar en la compra de una bicicleta, o poner su pequeña contribución para un viaje de la familia a un parque temático, ahorrar para un regalo para su/s herman@/s.
Si hablamos de un adolescente en los años previos a la juventud, el objetivo podría ser ahorrar para pagar la entrada de un coche, un patinete eléctrico…
Se ha de comprometer a no disponer del dinero anticipadamente (no rescatarlo) y no gastarlo en otro objetivo diferente al inicialmente fijado.
Quizás alguno (que seáis padre) tengáis la sensación de que para que sirve todo esto, si al fin y al cabo todo el dinero lo estáis poniendo vosotros. Sirve para mucho, estáis educando a vuestros hijos en la cultura del ahorro, del esfuerzo, de la administración de la economía personal, de la planificación a largo plazo, de lo importante que es la salud financiera. Les estáis dando herramientas muy importantes para el futuro.
Y educando a vuestros hijos en estos aspectos ¿quizás al mismo tiempo os estáis auto-educando a vosotros mismos y dándoos a vosotros esas mismas herramientas? ¿Quizás pueda ayudar a mejora vuestra propia salud financiera?
Con este sistema, el niño/adolescente puede visualizar más equilibradamente cuáles son los beneficios de ahorrar frente a los de consumir (frente a la satisfacción del presente).
Si la paga de un adolescente son 80 euros mensuales, y además los padres le ofrecen que, por cada 2 euros ahorrados de los mismos, ellos ponen 1 euros más (con un límite máximo, de dotación adicional por parte de los padres de, por ejemplo, 15 euros), y supongamos que el objetivo de ahorro son 10 euros mensuales, el hij@ estarán eligiendo entre una asignación de 80 euros, si no ahorrase, y una de 85 euros (80 + 5) si ahorrase el objetivo fijado de 10 euros. Ahorrar le sale a cuenta.
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