Finanzas conductuales: en tiempos de pánico no te dejes llevar por el efecto rebaño
02 de abril de 2020
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Los individuos tienden a imitar el comportamiento de otros por encima de tomar decisiones racionales basadas en datos objetivos. Es el efecto hipnótico de la manada.
Tradicionalmente, se ha tratado de explicar el comportamiento de los mercados financieros en base a la premisa de que los agentes que lo componen son racionales y esperando que estos agentes tomen decisiones coherentes con lo que se conoce como utilidad subjetiva esperada. Sin embargo, los estudios realizados sobre el comportamiento económico de los individuos arrojan datos que les alejan de esa supuesta racionalidad.
Con el objetivo de entender el verdadero comportamiento de los individuos y esa desviación sobre el resultado esperado, surge la disciplina de las finanzas conductuales, que estudia los distintos sesgos psicológicos con los que en realidad actúan los individuos y que les alejan de ese comportamiento racional y objetivo.
Efecto rebaño: seguir a la multitud
Este es un de los sesgos que mejor se puede detectar en determinados contextos de mercado, generalmente en situaciones de alta volatilidad, y se refiere a, básicamente, hacer lo que los demás hacen sin tener una noción clara de que sea lo más adecuado o conveniente para nuestras necesidades. En el ámbito de los mercados financieros, consiste en comprar cuando la mayoría compra o vender cuando la mayoría vende sin basarnos en datos, análisis o evidencias.
En ocasiones, vemos como compañías son fuertemente castigadas en bolsa sin una base racional detrás, y por el mero hecho de que se desata una tendencia vendedora que muchos inversores siguen basándose en este efecto rebaño. La capacidad de raciocinio del inversor se ve parcial o totalmente empañada en el ansia de replicar las decisiones de la mayoría.
El efecto rebaño es una conducta típica del ser humano que no se limita a los mercados financieros, y que podemos detectar en muchas situaciones de la vida cotidiana. ¿Tendemos a pensar, por ejemplo, que un restaurante es bueno por el mero hecho de verlo lleno? Afirmativo. Y ello, en realidad, sin siquiera haber degustado sus platos.
Este comportamiento, que es un mecanismo de supervivencia que el ser humano hereda de tiempos ancestrales, se explica fundamentalmente en el hecho de que el individuo anónimo pierde sus condicionantes dentro de una multitud, y es más propenso a tomar determinadas actitudes en ese entorno que en una situación de soledad. Dentro de una multitud se ven como normales ciertos comportamientos que no se tendrían de forma individual. La manada tiene un efecto hipnótico.
La inversión a largo plazo y el efecto rebaño
Las decisiones de la mayoría, no obstante, no tienen por qué ser adecuadas o no tienen por qué ser las mejores para nuestras necesidades individuales. Para evitar caer en este sesgo, es importante aprender a mantener la calma, a no tomar decisiones precipitadas y a realizar un análisis objetivo en el que basarse.
Un inversor a largo plazo debe tener siempre puesta la vista en un horizonte temporal dilatado y tomar decisiones maximizando el beneficio futuro. Conviene tener presentes estos tres puntos:
- No tomes nunca decisiones precipitadas sin basarte en información objetiva.
- Ante turbulencias en los mercados, revisa que tus inversiones estén alineadas con tus objetivos y perfil de riesgo. En caso afirmativo, mantén las inversiones con el foco puesto en el largo plazo y para evitar perderse el “efecto rebote” que suele seguir a toda caída.
- En caso de que tu cartera de inversión esté desalineada con tu perfil de riesgo, es el momento de revisar la estrategia.
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Como en cualquier otro producto de inversión, invertir en fondos implica asumir un determinado nivel de riesgo. Cada fondo, en función de sus características específicas y de los activos en los que invierte, implica un nivel de riesgo y, en todo caso, la posibilidad de incurrir en pérdidas sobre el capital invertido. Puedes consultar los riesgos específicos de cada fondo en el folleto disponible en www.bbvaassetmanagement.com.
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