La Inversión Socialmente Responsable: ¿cómo cambiar el mundo ahorrando?
21 de octubre de 2020
3 min de lectura
Existe una inquietud general para, a la vez que disfrutamos de nuestra vida, dejar a nuestros hijos un mundo mejor: ser felices hoy sin olvidar que por detrás nuestro vienen otras generaciones. ¿Podemos influir en ello?
El ahorro es un compañero de viaje que debería acompañar a una persona durante toda su vida, desde su incorporación al mercado laboral, para ayudarle a afrontar sus necesidades, y conseguir sus objetivos y sueños en el corto, medio y largo plazo.
Entre otros:
- Para disponer una bolsa mínima para imprevistos, que le aporte tranquilidad y le permita afrontar las vicisitudes que pueda encontrarse durante su vida (situaciones transitorias de desempleo u otros imprevistos, paradas para reciclarse, etc.).
- Cubrir necesidades y aficiones costosas: adquirir una vivienda, formarse y reciclarse profesionalmente, ayudar a los hijos con sus estudios u otras necesidades, irse de vacaciones a un lugar soñado, etc.
- Para cuidar de su “Yo Futuro”, cuando ya no pueda o no quiera trabajar, y planificar financieramente una jubilación adecuada, que le permita disfrutar de un retiro confortable.
Pero nuestro ahorro y la inversión vinculada al mismo, puede tener impacto más allá de gestionar nuestras finanzas personales y planificar nuestro propio futuro: poner un grano de arena más para mejorar el mundo.
¿Como ser responsable, sostenible y solidario ahorrando?
Cuando quieres ayudar y comprometerte con tu entorno, tu comunidad y con el medioambiente se suele pensar en realizar acciones como:
- Ayudar económicamente a ONGs, a través de suscripciones y otras donaciones
- Comprometerte y destinar tu tiempo libre a voluntariado, y en algunos casos hasta puede ser tu actividad profesional a tiempo completo o parcial.
- Tener una actitud respetuosa y activamente responsable hacía el medioambiente, en tú día a día, con un estilo de vida diferente y comprometido, que se concreten en una serie de comportamientos.
Por ejemplo, la gestión de residuos y basuras (minimizando su generación y siempre reciclando), consumo responsable (alimentos ecológicos y de cercanía, amortizando la vida útil de los dispositivos electrónicos, utilizando vehículos no contaminantes y mejorando la eficiencia energética de la vivienda, actitud frente a los viajes no necesarios y la huella de carbono que dejan) … Además, complementándolo con una actitud didáctica hacía tu entorno – hijos, amigos, etc-.
Pero para tener un estilo de vida responsable y sostenible, junto a esos compromisos mencionados, puedes añadir otros hábitos relacionados con tu ahorro: incluir criterios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) en la gestión de las inversiones.
Cada euro cuenta, cada ahorrador es clave en conseguir un mundo mejor
Puedes pensar que tu ahorro-inversión es un grano de arena muy pequeño. No obstante, la clave está en sumar muchos pequeños granos de arena que hagan una montaña muy grande.
Muchas veces creemos que como particulares podemos hacer poco, y que todo esta en manos de grandes inversores institucionales: fondos de Estados Soberanos, grandes gestoras, otros inversores institucionales, etc.
Actualmente en torno un 50% de los activos gestionados en el mundo están en fondos de pensiones de empleo (que acogen planes de pensiones de empresas a favor de sus empleados) y fondos de pensiones individuales.
Ello quiere decir que detrás de esos grandes patrimonios de los fondos de pensiones hay cientos de millones de trabajadores (tomando decisiones a través de comisiones de control de los Planes de Pensiones) y de particulares, con modestos patrimonios.
Podría decirse que “el poder está capilarizado”. Si unimos fuerzas, los ciudadanos de a pie podemos influir y lograr mucho por la sostenibilidad. Simplemente, con decisiones individuales tomadas uno o a uno: comprometiéndonos con nosotros mismos. No sirve aquello de “poco puedo hacer yo solo”.
Si cada uno de nosotros nos autoconvencemos y adoptamos una inversión responsable de nuestro ahorro, y además influimos a nuestro entorno para que lo haga (amigos, familia, etc), sumaremos en una especie de cadena piramidal positiva para conseguir que al final los instrumentos de inversión (fondos de inversión y de pensiones) que capten patrimonio (ahorro) sean aquellos sostenibles y que mayor impacto tengan en un mundo mejor.
Por ejemplo, aquellos que inviertan en proyectos o empresas con objetivos de cero emisiones de carbono o con compromisos de reducción drástica de las mismas, de no contaminación del agua, con oficinas y plantas productivas energéticamente eficientes, de protección de los trabajadores, que garanticen la igualdad de oportunidades y retributiva de género, de edad, la conciliación con la vida personal, la ética y transparencia en el gobierno corporativo, etc.
Y ello, sin renunciar a la rentabilidad. Tal y como demuestran distintos estudios la inversión responsable es igual o más rentable que la no sostenible.
Un compromiso adicional contigo mismo para ayudar a tener un mundo mejor, junto con tu participación en voluntariado, tus donaciones y ayudas a ONG,s, etc., podría incluir que tus propias finanzas fueran responsables y sostenibles.
Rentabilidades pasadas no garantizan rendimientos futuros.
Como en cualquier otro producto de inversión, invertir en fondos y/o planes de pensiones implica asumir un determinado nivel de riesgo. Cada fondo/plan de pensiones, en función de sus características específicas y de los activos en los que invierte, implica un nivel de riesgo y, en todo caso, la posibilidad de incurrir en pérdidas sobre el capital invertido. Puedes consultar los riesgos específicos de cada vehículo en el folleto disponible en www.bbvaassetmanagement.com
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