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Claves semanales del 15 al 19 de julio de 2024

BBVA AM España

15 de julio de 2024

Tras los recientes indicios de una moderación del mercado laboral estadounidense y signos de desaceleración del crecimiento, esta semana la inflación del país sorprendió marcadamente a la baja, ya que el IPC subyacente aumentó sólo un 0,06% mensual, 10 puntos básicos por debajo de su ritmo de mayo y muy por debajo de la previsión del consenso. Es importante destacar que la debilidad tuvo una amplia base, ya que se extendió tanto a los servicios como a los bienes básicos, incluyendo la esperada moderación en el mundo de los alquileres.

Monitor de mercado

Aunque no podemos esperar que la desinflación en ciertas partidas sea sostenible, no hay duda de que se trata de una cifra alentadora. Los expertos estiman ahora, tras la publicación de los datos de precios al consumidor y al productor, que la métrica favorita de inflación de la Reserva Federal, el PCE subyacente, habría crecido en junio por debajo del 0,2%, con lo que volvería a situarse en niveles compatibles con los objetivos de la Fed por tercer mes consecutivo.

Por supuesto, el banco central estadounidense habrá ganado confianza en que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia el 2%. En este sentido, dos miembros del FOMC, Musalem y Goolsbee, calificaron el IPC de junio como «alentador» y «excelente». Del mismo modo, con la mejora de las perspectivas de inflación, los mensajes de la Reserva Federal en la última semana, incluyendo el testimonio del Presidente Powell ante el Congreso, giraron sutilmente hacia un mayor enfoque en el mercado laboral. Como muestra, Powell describió que las condiciones del mercado laboral “se han enfriado considerablemente», en lugar de «moderarse gradualmente».

Así las cosas, la probabilidad de un recorte de tipos en septiembre ganó mucha fuerza y el mercado lo descuenta ahora casi con total certeza. De hecho, en estos momentos, se están descontando 2,5 bajadas de tipos en 2024. Dicho esto, sigue siendo muy probable que la trayectoria de flexibilización monetaria sea muy gradual, ya que los fundamentos de la economía siguen siendo sólidos y apuntan a una actividad resiliente.

En respuesta a los débiles datos del IPC americano, hemos asistido a movimientos importantes en los activos sensibles a las condiciones de liquidez del dólar a nivel mundial. En particular, el yen se apreció bruscamente tras la publicación de la inflación estadounidense, apoyado además por una oportuna intervención del Ministerio de Finanzas. Asimismo, el dólar retrocedió notablemente y el precio de los bonos se recuperó en los mercados desarrollados y en muchos mercados emergentes. En definitiva, esto es un recordatorio de lo dependientes que son los mercados financieros mundiales de los tipos de interés oficiales en Estados Unidos.

Esto puede ser especialmente relevante en un contexto en el que los indicadores macroeconómicos han sido menos claros a la hora de respaldar los recortes de tipos. Por ejemplo, en el Reino Unido, el PIB de mayo sorprendió notablemente al alza, creciendo un 0,4% mensual, el doble de lo esperado. Esto, junto con algunos mensajes agresivos de miembros del Banco de Inglaterra, incluyendo el economista jefe de la institución, llevaron al mercado a descontar una menor probabilidad de bajada de tipos en agosto. Sin embargo, tras la publicación del IPC americano, se volvió a dar por hecho el inicio del proceso de flexibilización del BoE en el mes de agosto. Por lo tanto, incluso para la trayectoria de tipos de otros bancos centrales de economías avanzadas, la Reserva Federal parece importar, al menos en lo que a la percepción de los mercados se refiere.

En Japón, la nueva intervención de las autoridades para fortalecer el yen, muestra lo incómodo que parece sentirse el gobierno con la debilidad de su divisa. En este contexto, cada vez parece más probable una subida de tipos por parte del Banco de Japón en su reunión del día 31 de julio. Durante la última semana, esta posibilidad recibió el impulso del último informe Sakura, donde se indicaba que el círculo virtuoso entre salarios e inflación sigue su curso, incluso entre las empresas más pequeñas.

En China, el IPC de junio decepcionó las expectativas, al desacelerarse 0,1 puntos porcentuales hasta el 0,2% interanual, mientras que la tasa subyacente se mantuvo estable en el 0,6% interanual. Además, los flujos de crédito no cumplieron con las expectativas y disminuyeron aún más, lo que refleja la debilidad de la demanda de préstamos en el sector privado. El sector exterior continúa compensando en cierta medida la debilitada demanda interna y el crecimiento de las exportaciones volvió a aumentar hasta el 8,6% interanual en el informe de junio, frente al 7,5% interanual de mayo.

El Banco Popular de China, por su parte, está tomando medidas para evitar que los rendimientos de los bonos gubernamentales caigan. Las autoridades monetarias quieren mantener una pendiente positiva en la curva de rendimientos. Por otra parte, ésta semana se celebrará el tan esperado Tercer Pleno, que podría saldarse sin el anuncio de medidas significativas. En resumen, el actual conjunto general de políticas monetarias, cambiarias y fiscales de China, no constituye un paquete consistente, necesario para respaldar la recuperación de la demanda interna del gigante asiático.

Terminamos con un comentario sobre la actualidad política. Justo cuando las perspectivas para los tipos oficiales de Estados Unidos se vuelven más claras, la visibilidad de la política estadounidense se vuelve cada vez más incierta. La conferencia de prensa improvisada del presidente Biden durante la última semana, continuó ofreciendo argumentos para dudar de la idoneidad de su candidatura para la carrera presidencial. Dadas las firmes opiniones del equipo de Trump sobre los aranceles, la migración y los impuestos, una victoria del ex presidente, especialmente si se combina con el control republicano del Congreso, tendría implicaciones significativas, no sólo para Estados Unidos, sino también para la economía global.

De igual manera, la primera semana después de las elecciones legislativas francesas, no ha dejado ninguna claridad sobre quién se convertirá en el nuevo primer ministro. Las elecciones dieron como resultado un parlamento aparentemente ingobernable, ya que ni la izquierda ni la coalición presidencial están actualmente en condiciones de gobernar sin el apoyo o el consentimiento tácito de otros bloques políticos. Dada la ausencia de precedentes históricos relevantes y la limitada tradición de coaliciones en Francia, es probable que la formación de un gobierno estable (si fuera posible), podría requerir negociaciones prolongadas.

Por el contrario, el nuevo Primer Ministro del Reino Unido ha comenzado a desempeñar su cargo y los puestos ministeriales han sido ocupados. El Partido Laborista también ha comenzado con sus reformas estructurales. Esta semana, en el discurso del Rey del 17 de julio, se anunciará de forma más concreta la agenda política del gobierno.