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Claves semanales del 3 al 7 de febrero de 2025

BBVA AM España

03 de febrero de 2025

La semana estuvo marcada por una combinación de factores tecnológicos, económicos y geopolíticos que sacudieron a los mercados financieros y reforzaron la incertidumbre sobre la dirección de la política monetaria global.

Monitor de mercado

El lunes, el sector tecnológico lideró las caídas en los mercados bursátiles mundiales, con un retroceso del 3% en el Nasdaq 100 y una pérdida de capitalización histórica para Nvidia, que vio evaporarse 600.000 millones de dólares en un solo día. La razón detrás de este movimiento fue la irrupción de una startup china, DeepSeek, cuya tecnología en inteligencia artificial parece competir con los modelos más avanzados de OpenAI, pero a un coste significativamente inferior. Esta noticia reconfiguró la narrativa en torno a la IA, un sector que hasta ahora parecía dominado por las grandes tecnológicas estadounidenses, capaces de soportar los elevados costes de entrenamiento de estos modelos. La posibilidad de que la barrera de entrada en este sector se reduzca drásticamente plantea dudas sobre la sostenibilidad del crecimiento de estas compañías y pone en cuestión las valoraciones que han justificado su impresionante rally bursátil en los últimos meses.

El impacto de DeepSeek no se limitó al mercado. Su irrupción generó inquietud en Washington, ya que las restricciones impuestas a China en el acceso a chips avanzados no han evitado que el país asiático logre avances significativos en IA. Si DeepSeek logra mantener su competitividad sin acceso a la tecnología estadounidense, esto podría forzar a la administración a endurecer aún más los controles de exportación y a buscar nuevas formas de frenar el desarrollo tecnológico chino. La respuesta de las autoridades será crucial en los próximos meses, ya que cualquier medida adicional podría agravar la tensión comercial y afectar a la industria global de semiconductores.

Mientras el mercado digería el impacto de la disrupción tecnológica, la Reserva Federal reafirmó su postura de que no tiene prisa en recortar los tipos de interés, a pesar de la moderación de la inflación. Jerome Powell destacó que la economía sigue mostrando fortaleza, algo que quedó refrendado cuando se publicó el crecimiento del PIB del cuarto trimestre en Estados Unidos, que creció un 2,3% en tasa trimestral anualizada, impulsado por un sólido consumo privado. Con un mercado laboral resiliente y una inflación que, aunque en descenso, todavía está por encima del objetivo del 2%, la Fed considera que no es prudente flexibilizar de forma adicional la política monetaria. Nada extraño, por otra parte, si tenemos en cuenta el crecimiento del 2,8% que experimentó la mayor economía del planeta en 2024.

El contraste con Europa es evidente. Mientras en Estados Unidos la atención sigue puesta en controlar la inflación, el Banco Central Europeo optó por una postura más acomodaticia ante la debilidad del crecimiento. La eurozona cerró el cuarto trimestre con un crecimiento nulo, reflejando el estancamiento de sus principales economías. Alemania cerró su segundo año consecutivo con caídas en el PIB, Francia registró una ligera contracción en el crecimiento trimestral y la actividad en Italia apenas mostró signos de expansión. La inflación, por su parte, ha seguido moderándose, lo que ha permitido al BCE mantener su ciclo de recortes de tipos, que podría continuar durante los próximos meses con el objetivo de evitar una desaceleración prolongada. La divergencia entre la Fed y el BCE ha fortalecido al dólar frente al euro, un movimiento que, si bien puede elevar los costes de importación en la eurozona, también mejora la competitividad de sus exportaciones en mercados internacionales, un factor clave para economías exportadoras como Alemania.

A la incertidumbre monetaria se sumó la política comercial, ya que la administración Trump anunció la imposición de aranceles del 25% a las importaciones procedentes de Canadá y México a partir del 1 de febrero. Los productos chinos, por su parte, fueron cargados con otro arancel del 10%, reavivando las tensiones comerciales a nivel global. Si bien la medida se justifica oficialmente por preocupaciones sobre inmigración y seguridad nacional, la lectura del mercado es que se trata más bien de una táctica de negociación. Sin embargo, la incertidumbre ha aumentado ya que represalias comerciales por parte de Canadá y México ya han sido anunciadas, mientras que China ha prometido contramedidas aún no especificadas. Cualquier movimiento que aumente las probabilidades de guerra comercial abierta entre las dos mayores economías del mundo, podría desatar consecuencias impredecibles para el comercio global.

Obviamente, esta tensión se está trasladando a los mercados financieros en el arranque de la semana actual, ya que la amenaza de escalada comercial podría generar disrupciones en las cadenas de suministro y afectar la inflación en Estados Unidos. Además, la retórica proteccionista penaliza las expectativas de crecimiento económico para 2025, lo que pone en peligro la narrativa de aterrizaje económico suave.

En definitiva, la semana dejó claro que el entorno de inversión sigue siendo complejo y altamente dinámico. La irrupción de DeepSeek ha añadido un nuevo factor de incertidumbre en el sector tecnológico, que podría sufrir presión adicional en determinados modelos de negocio si los inversores empiezan a cuestionar sus altas valoraciones. La divergencia entre la Fed y el BCE plantea desafíos para los mercados de renta fija y divisas, y la política comercial de Trump sigue siendo una fuente de volatilidad global. En este contexto, los inversores deberán seguir atentos a los datos económicos clave y a los movimientos de los bancos centrales para ajustar sus estrategias en un entorno donde la incertidumbre parece ser la única constante.