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Las claves semanales del 24 al 28 de junio de 2024

BBVA AM España

24 de junio de 2024

Arrancamos el 2024 con un pronóstico que condicionaba la evolución de los activos financieros en el conjunto del ejercicio: que la expansión se desaceleraría gradualmente bajo la presión de una inflación persistente y de una restricción monetaria, que irían poco a poco infiltrándose en la actividad económica.

Monitor de mercado

Transcurrido prácticamente medio año desde entonces, la inflación ha demostrado ser incluso más rígida de lo que se esperaba, lo que ha provocado un retraso significativo en los ciclos de flexibilización monetaria previstos por los bancos centrales. Las condiciones financieras, sin embargo, no se han deteriorado significativamente y el PIB mundial nos ha sorprendido con una notable resistencia, creciendo todavía por encima de su potencial de largo plazo y con unos niveles de expansión que no son muy diferentes a los registrados en 2023.

Los últimos datos publicados han sido mixtos, pero en general siguen apuntando a un entorno de resiliencia económica mundial. El sector manufacturero, que se ha mantenido estancado desde 2022, parece estar mejorando progresivamente, a medida que el aumento de la demanda deprime los niveles de inventarios. De esta forma, la industria global se aceleró durante los meses de primavera, con un crecimiento de la producción industrial del 1,7% hasta el mes de abril y con lecturas sólidas en el mes de mayo tanto para Estados Unidos como para China.

Por el contrario, las ventas minoristas mundiales parecen seguir el camino opuesto y se contrajeron en abril por tercer mes consecutivo. En Estados Unidos, las revisiones a la baja de las ventas minoristas en marzo y abril, publicadas el pasado martes, refuerzan la debilidad global. Sin embargo, nada parece indicar que el consumo esté a las puertas de una contracción más grave y es probable que se siga beneficiando de unos sólidos fundamentos, que se resumen en un fuerte crecimiento del empleo, unos sólidos aumentos salariales, una inflación más suave y significativos crecimientos de la riqueza de los hogares.

Las encuestas empresariales nos brindan unas conclusiones similares: los PMI mundiales han repuntado considerablemente desde sus mínimos del pasado mes de noviembre. Los datos de mayo fueron particularmente alentadores y mostraron mejoras tanto en el sector manufacturero como en los servicios, así como un repunte mayor de lo previsto en Europa. Sin embargo, la última semana nos ha dejado una caída en los indicadores adelantados de junio, tanto en Europa como en Japón. Por su parte, Estados Unidos se opuso a la tendencia y su PMI compuesto registró un aumento, aunque marginal, desde los niveles del mes pasado.

Por supuesto, los datos son volátiles por naturaleza y nunca debemos dar excesiva importancia a una lectura aislada. Por ello, la caída del PMI mundial en junio no debe alarmar, sobre todo si tenemos en cuenta los siete meses consecutivos de expansión registrados por este indicador adelantado. Dicho esto, una estabilización de la tendencia alcista de los PMI es perfectamente coherente con nuestra expectativa de aterrizaje económico suave y apunta, de confirmarse en próximos meses la moderación, a una desaceleración del crecimiento económico en la segunda mitad de 2024.

Sin embargo, la caída del PMI preliminar de junio en la eurozona genera cierta preocupación de que el incipiente repunte de la actividad se esté truncando. La inestabilidad política en Francia, en buena medida, está detrás de la debilidad del indicador, como mencionaron explícitamente algunas empresas. Del mismo modo, los problemas fiscales están reforzando esta perspectiva cautelosa. La Comisión Europea ha propuesto someter a cinco países de la UEM a procedimientos de déficit excesivo, entre ellos Francia e Italia. Esto les exige mejorar sus déficits estructurales primarios en un 0,5% anual, lo que podría ser cuestionado por los gobiernos nacionales, incluido el de Francia, poniendo a prueba la credibilidad de las normas de la UE.

Por otra parte, estas mayores incertidumbres podrían allanar el camino de flexibilización monetaria del BCE, aunque la inflación sigue estando por encima de los niveles que la institución considera razonables. En este sentido, aunque los detalles del informe de inflación de mayo muestran que los precios de los servicios se vieron afectados por factores coyunturales, lo cierto es que su ritmo de subida interanual sigue siendo elevado. Los salarios también son una preocupación, aunque se están moderando. La demanda salarial de subida del 7% por parte del sindicato alemán IG Metall, apunta en esta misma dirección, ya que históricamente se han terminado acordando subidas que rondan la mitad de la exigencia inicial del sindicato.

Sin abandonar el mundo de los bancos centrales, el Banco de Inglaterra mantuvo los tipos sin cambios, pero algunas señales moderadas en su comunicado apuntan a un recorte de tipos en agosto, siempre que no haya sorpresas al alza en la inflación. Para reforzar esta expectativa, el IPC de mayo se mantuvo básicamente en línea con lo esperado. Por otra parte, un fuerte aumento de las ventas minoristas y una mayor confianza de los consumidores, apuntan a un PIB que podría sorprender positivamente en el segundo trimestre, aunque esta señal se vio atenuada por la caída del PMI compuesto de junio. Mientras tanto, las encuestas sugieren que el Partido Laborista va camino de lograr una mayoría electoral muy significativa.

Terminamos el resumen semanal con los datos de actividad chinos que, en general, mejoraron en el mes de mayo, aunque quedaron un poco por debajo de las expectativas del mercado. De esta forma, la producción industrial decepcionó con una modesta ganancia intermensual del 0,4%, revirtiendo parcialmente su caída de marzo y abril. Mientras tanto, los consumidores se animaron un poco y las ventas minoristas aumentaron un 1,5% mensual. La política industrial siguió favoreciendo el crecimiento de la inversión, aunque el sector inmobiliario continúa siendo un lastre formidable. Los precios de la vivienda, las ventas de viviendas, las nuevas construcciones y la inversión inmobiliaria, registraron caídas pronunciadas en mayo, lo que sugiere que las medidas de apoyo no terminan de impulsar la demanda.