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Los jóvenes y la salud financiera: trucos de ahorro e inversión

BBVA AM España

28 de febrero de 2022

Saber ahorrar sin dejar de gastar y disfrutando de una vida llena de planes y pequeños caprichos es un beneficio que pocas personas saben cómo llevar a cabo. La salud financiera debería estar presente desde que empezamos a formarnos y de la misma manera que aprendemos el resto de materias impartidas a lo largo de la etapa escolar.

Algunas de las ventajas de saber administrar nuestras finanzas de una forma eficaz y simple desde un primer momento son más oportunidades de ingresos, lograr las metas establecidas, desarrollar una mayor capacidad de gestión ante imprevistos y mejorar nuestra calidad de vida.

Aunque los niños y adolescentes no suelen disponer de unos ingresos fijos, lo cierto es que cualquier cantidad, sin importar lo pequeña que sea, sirve de punto de partida para empezar a adentrarse en las finanzas. Ya sea con una paga semanal o mensual, el aguinaldo o dinero obtenido como regalo en los cumpleaños y fiestas, o el sueldo de un primer empleo a jornada parcial, pueden servir para fundar una buena salud financiera.

La conocida como Generación Z, comprendida por los nacidos entre 1997 y 2015, actualmente tiene unas metas de ahorro diferentes a las de sus predecesores. Entre ellas se diferencian como las más habituales las siguientes: viajes, fondos para la universidad, obtención del carné de conducir y ahorro para aparatos electrónicos (móviles, videoconsolas, videojuegos…).

Empezar a ahorrar cuanto antes da la oportunidad a los jóvenes de poder unir el ahorro para obtener diferentes metas, tanto más cercanas como futuras (compra del primer coche o vivienda, bolsa para imprevistos, jubilación, etc.). Esta combinación de ahorro simultáneo les permite no tener que esperar a cumplir un determinado objetivo para comenzar con el ahorro del siguiente, dejando casi siempre por último el ahorro para la jubilación, la cual tiene una gran importancia.

A la falta de conocimientos en finanzas se une el sesgo conductual del presente, según el cual preferimos los beneficios presentes o a corto plazo en lugar de ser previsores y ahorrar pensando en nuestro ‘yo’ del futuro.

¿Cómo iniciar a los más jóvenes en la salud financiera?

  • Hacer recados nos inicia en la gestión de nuestras finanzas, pues aprendemos a comparar precios y tomar decisiones de compra. A su vez, nos ayuda a tomar consciencia de la importancia de atenerse al presupuesto y no hacer gastos superfluos.
  • Apuntar los gastos. Llevar un control de los ingresos y gastos es otro método para gestionar nuestro bolsillo. Con estos datos podemos ver el balance a final de mes y compararlo con otros periodos, sacando el máximo partido a los ingresos.
  • Usar la tecnología. Sin duda, si hay algo que los más jóvenes controlan a la perfección son las nuevas tecnologías. En este caso, los teléfonos móviles pueden ser un gran aliado y usarse para algo más que para estar conectado en todas las redes sociales. Existen diferentes apps móviles, como la de BBVA, cuyo acceso permite revisar los movimientos de tus cuentas y tarjetas, clasificándolos en diferentes categorías y haciendo un balance de los ingresos, gastos y ahorros. En caso de que los jóvenes aún no dispongan de una cuenta, también se pueden utilizar apps como Monefy, donde se pueden registrar los gastos de los ahorros en efectivo.
  • Controlar las compras online. Las nuevas generaciones han crecido con las facilidades que aporta Internet. El hecho de tener a nuestro alcance cualquier producto con tan solo un clic hace que muchos de nosotros acabemos comprando más productos, de los cuales muchos no se consideran necesarios.
  • Cambiar la fórmula de ahorro. Por lo general, tendemos a ahorrar el dinero sobrante una vez hemos destinado parte de nuestros ingresos a los gastos básicos y al ocio. Sin embargo, una fórmula de ahorro más efectiva correspondería a la siguiente:
  1. Gasto en las necesidades básicas (vivienda, suministros, comida…).
  2. Gasto invirtiendo en el futuro profesional (formación, masters, cursos de idiomas…).
  3. Ahorro de una cantidad mínima mensual, la cual puede aumentarse poco a poco en función de los ingresos o de forma ocasional si los ingresos varían de forma extraordinaria (pagas extras, aguinaldo, trabajos complementarios…). Al estar enfocado este ahorro al largo plazo, podría tener diferentes metas, como pueden ser viajes, la obtención de una futura vivienda, la jubilación, etc.
  4. Gasto en ocio y hobbies con el excedente obtenido una vez cubiertas las anteriores categorías.

Forjar una cultura de ahorro y planificación financiera durante los primeros años de vida y, aún más, a partir de la obtención del primer empleo, ayuda a familiarizarse con vehículos de ahorro e inversión, de los cuales no podemos olvidarnos si lo que buscamos es obtener el mayor rendimiento de nuestros ingresos.

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