Ocho lecciones de un año de crisis COVID-19 para ahorradores y profesionales: EFPA España
17 de mayo de 2021
3 min de lectura
En el aniversario del estallido de la crisis de la COVID-19, EFPA España ha elaborado un documento que extrae algunas lecciones interesantes de todo este periodo vivido, tanto para profesionales de la industria financiera como para los clientes particulares.
EFPA España es la Asociación Española de Asesores y Planificadores Financieros, y actúa como plataforma independiente de certificación profesional y como asociación que agrupa a los profesionales del asesoramiento y la planificación financiera en nuestro país, debidamente certificados.
Estas son las 8 lecciones:
1. La planificación a largo plazo, fundamental para conseguir los mejores resultados
La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de planificar una estrategia de inversión en el largo plazo, más en un escenario como el de los últimos meses donde la volatilidad ha sido la verdadera protagonista de los mercados.
Esta crisis se ha vuelto a poner de manifiesto que las
caídas de los mercados en el corto plazo pueden provocar reacciones
precipitadas en los inversores particulares.
2. La necesidad de atemperar los miedos y no dejarse llevar por el pánico
Todos los inversores cuentan con una serie de sesgos comunes en su comportamiento inversor que, en ocasiones, provocan inconvenientes para obtener los rendimientos deseados, como estudia la rama de las finanzas del comportamiento (Behavioural finance), que analiza la toma de decisiones económicas y financieras, teniendo en cuenta cuestiones del ámbito de la psicología, las emociones de las personas y elementos de neurociencia.
En situaciones como las vividas en los últimos meses, la
toma de decisiones precipitadas, provocadas por los miedos o empujados por
el pánico, puede provocar cometer errores graves que penalicen los
resultados de las inversiones.
3. La importancia del asesoramiento financiero cualificado
La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto que, en escenarios de máxima tensión, resulta fundamental el papel de los asesores financieros.
La figura de un profesional de la planificación es necesaria
para evitar errores comunes a la hora de tomar decisiones en estas
circunstancias tan cambiantes, jugando un papel esencial para aconsejar, guiar
y resolver las dudas y preocupaciones por parte de ahorradores e inversores.
4. La educación financiera, una inversión de futuro
El esfuerzo que han realizado los últimos años todos los intervinientes de la industria por mejorar los niveles de educación y la cultura financiera en España, ha dado sus frutos.
La anterior crisis financiera destapó las carencias de educación financiera, provocando que en muchos casos se tomaran decisiones equivocadas que repercutieron de forma muy negativa en el ahorrador particular.
En cambio, estos últimos meses han sido de gran aprendizaje
y se ha puesto de manifiesto un comportamiento más maduro del ahorrador con
respecto a anteriores crisis económicas, que habla muy bien de ese esfuerzo
compartido entre entidades, profesionales y los propios clientes, y que
repercute de forma positiva en los resultados finales de las carteras de
inversión.
5. La robustez del sistema financiero en España
La formación financiera y el fortalecimiento del marco
regulatorio llevado a cabo en los últimos años, a raíz de la anterior crisis
financiera global, ha permitido hacer el sector financiero más robusto,
pese a las presiones durante la actual crisis sobre la rentabilidad, la
debilidad de los volúmenes de negocio y de unos tipos de interés en mínimos
históricos.
6. El riesgo de la sobreinformación de finanzas
En un mundo hiperconectado y con un contexto de
sobreinformación procedente de diferentes frentes, medios de comunicación y
redes sociales, donde abundan las fake news, resulta fundamental saber
discernir entre lo que es verdad y lo que no, y aprender a encontrar fuentes de
información fiables, como ha dejado de manifiesto esta crisis sanitaria y
financiera.
7. Las nuevas formas de interacción entre profesional y cliente
La COVID-19 y la posterior “nueva normalidad” esta produciendo una demanda de servicios no presenciales por parte del cliente, y también un modelo de trabajo flexible para el asesoramiento, en el que el profesional no tiene por qué estar siempre de manera presencial.
Las diferentes plataformas permiten desarrollar reuniones
con clientes, conferencias, cursos o seminarios, en tiempo real, donde la
interacción entre los participantes es inmediata, aportando inmediatez,
versatilidad, ahorro de costes, trato directo, y adaptación a todo tipo de
dispositivos. Estas nuevas formas de relación entre asesor y cliente no
sustituyen al contacto directo, pero sí han logrado complementarlo y ambas
formas de comunicación convivirán en un futuro.
8. El mercado y la economía real no siempre van de la mano
La economía real y los principales índices bursátiles no siempre se rigen por los mismos criterios ni siguen las mismas lógicas, como se ha podido comprobar en los momentos más determinantes de esta crisis, cuando algunos índices como los estadounidenses alcanzaban nuevos máximos históricos.
Ello se debe a que los mercados de activos siguen influenciados por las expectativas de futuro, donde incluyen percepciones, esperanzas y otros elementos, sin tener tan en cuenta los datos directamente ligados a las cifras macroeconómicas como el crecimiento del Producto interior bruto-PIB, la inflación y el desempleo.