Por qué comprarse una bicicleta eléctrica

Los vehículos eléctricos están inundando las calles de las ciudades. Son más baratos, ocupan menos espacio, más económicos de mantener y además se contribuye a una mayor calidad del aire de nuestras urbes.

Antes de detallar sus ventajas, hay que advertir lo que la Dirección General de Tráfico considera como bicicleta eléctrica y que, por tanto, no precisa ninguna licencia para circular. Así, desde la DGT indican que en primer lugar que las bicicletas de pedales con pedaleo asistido, conocidas como EPAC (Electronically Power Assisted Cycles) por sus siglas en inglés no necesitan homologación ni matriculación. Las bicicletas de pedaleo asistido se definen en el mencionado Reglamento de la UE como: bicicletas de pedales con pedaleo asistido equipadas con un motor eléctrico auxiliar, de potencia nominal continua máxima inferior o igual a 250W, cuya potencia disminuya progresivamente y que finalmente se interrumpa antes de que la velocidad del vehículo alcance los 25km/h o si el ciclista deja de pedalear.

Cuidado, puedes adquirir otro tipo de vehículos que exigirían de una licencia para circular y que muchas veces están camuflados como bicicletas eléctricas pero que no lo son.  Estas son sus ventajas, además de no precisar matriculación y los impuestos que eso conlleva cada año:

Ahorrarás muchísimo dinero

La bici eléctrica es el medio de transporte motorizado más barato. Por kilómetro recorrido, el coche es siete veces más caro, y el transporte público en torno a tres.

Idónea para cualquier edad y condición física

La bicicleta eléctrica favorece regular tu esfuerzo. Si se desea hacer más deporte se desactiva la ayuda o se ajusta a lo mínimo permitido. Si prefieres no hacer mucho esfuerzo se pone la ayuda al máximo y casi, casi no se hará ningún esfuerzo. Eso sí, la batería durará menos.

La bici eléctrica contamina muy poco

La bici eléctrica no contamina el lugar en que la usas porque tiene cero emisiones. Un motor estándar de 250 W consume en el nivel mínimo de ayuda lo mismo que una bombilla de incandescencia, y en el máximo, poco más que un frigorífico. Lógicamente dependerá de la fuente de energía que se haya utilizado para conseguir esa electricidad, aunque cada vez son más habituales las energías renovables no contaminantes.

Fiable y fácil de mantener

Una bicicleta eléctrica exige un mantenimiento anual. Eso sí, la batería se suele cambiar cada 5 ó 7 años dependiendo del uso. El cambio en la batería lo va indicando con una capacidad menor en la recarga que la hace menos eficiente.

Tendrás menos estrés

Los beneficios para la salud como el control del colesterol, por ejemplo, también se refleja en la salud mental. El ejercicio físico es muy favorable para el control del estrés y además irás a un ritmo que te permitirá ver las cosas con mucha más tranquilidad que si vas en un coche. Y por la noche, el ejercicio del día con tu bicicleta eléctrica te ayudará a conciliar el sueño.

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