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¿Por qué tus hijos van ahorrar más que tú?

BBVA AM Colombia

26 de noviembre de 2018

Las frases “los niños aprenden muy rápido” y “los niños copian todo lo ven” no son en vano. La mente de los pequeños se desarrolla rápidamente porque cada día están conociendo y explorando cosas nuevas, es decir, están recibiendo estímulos que les permiten desarrollar su capacidad para pensar, expresar y actuar.

La razón por la que un niño aprende más rápido que un adulto es que su cerebro está adquiriendo comportamientos de manera inconsciente, absorbiendo toda la información sin mucho esfuerzo hasta que cumple 7 años. A partir de esta edad, el proceso de aprendizaje cambia porque el cerebro ya es más consiente y empieza a conectar la nueva información con la ya existente.  Es por eso que los adultos asimilamos mucho más despacio la información,  ¿Has intentado enseñarles inglés a tus padres?  Les cuesta mucho más que cuando nosotros lo aprendimos en el colegio, porque su cerebro es mucho más selectivo y si no entiende algo, o si no puede hacer una conexión con la información existente, lo descarta.

¿Te hubiera gustado que en tu colegio te hubieran enseñado alemán o mandarín? Ahora todo sería más fácil, ya sabrías 3 idiomas y todas las empresas te quisieran contratar. O ¿Te hubiera gustado que tus padres te enseñaran a ahorrar para que esto no te pareciera tan difícil? Promueve el hábito de ahorrar a tus hijos para que cuando crezcan ya lo tengan “dentro” de su cerebro. 

Es muy importante que los niños aprendan desde pequeños, a dar valor a lo que tienen y así conocer los límites de los gastos. Te recomendamos que aproveches su niñez y  poco a poco les expliques cómo pueden tener un correcto manejo del dinero junto con los beneficios que trae la correcta administración del dinero. De esta forma aprenderán a valorar el dinero que gastas como  padre y se podrán crear hábitos muy útiles para cuando se conviertan en adultos.



Promueve el hábito del ahorro a tus hijos para que ahorren más que tú con estos sencillos pasos:



  1. Explícale a tus hijos la diferencia entre la necesidad y el gasto. Es importante que tu hijo empiece a crear conciencia del costo que tiene su calidad de vida y así pueda diferenciar entre qué aspectos son fundamentales para su manutención y cuáles no tanto.
  2. Explícales de dónde sale el dinero , cuéntales del esfuerzo que tienen que hacer ustedes como padres cada mes para conseguirlo. Se trata de que los niños sean conscientes de lo que cuesta ganarlo y lo rápido que se gasta cuando no planificamos bien nuestras finanzas. Los niños tienden a pensar que el dinero es ilimitado o, simplemente, ni se paran a pensar en ello. El juego es una gran estrategia para enseñarles a los niños adquirir nuevos hábitos, pueden jugar a que tu hijo es el paseador de perros, y tú le das una recompensa por su trabajo.

  3. Enséñales que todo se consigue con esfuerzo. Hacer la cama, guardar la ropa, los juguetes, hacer las tareas escolares, entre otras, es una obligación. Pero si tu hijo hace alguna tarea extra, como bajar la basura, lavar la losa, ayudar a guardar las compras del supermercado, o tender la ropa, sería una buena oportunidad para que le ofrecieras una pequeña cantidad de dinero por cada actividad extra realizada. 

  4. Enseña a tu hijo a ahorrar creando metas concretas .  Regálale una alcancía para que él pueda poner sus monedas y así poder ir al cine con sus amigos, o comprarse un helado, o un libro, un juguete o algún elemento que desee en ese momento.  Cuando llegue el momento puedes ponerle una “trampita” puedes decirle que esa peli la pueden ver en casa desde el ordenador o comprar un helado en el supermercado en lugar de ir a Crepes, y con lo que le sobre dejarlo en la alcancía para seguir ahorrando para un sueño más grande. Enseña a tu hijo que vale la pena no gastar en cosas innecesarias. Mejor reducir gastos para conseguir adquirir lo que realmente se necesita.

  5. Por último y no menos importante, da ejemplo a tu hijo. Edúcate a ti mismo para ahorrar. Recuerda que los niños copian todo lo que ven.



Ahora ya sabes cómo hacer para que tus hijos ahorren más de lo que ahorras tú. Crecer con el hábito del ahorro es uno de los  mejores regalos que les puedes dar, cuando sean adultos te lo agradecerán y no tendrán que preocuparse por llegar a fin de mes sin nada en sus cuentas o sin saber cómo van a vivir en su jubilación.