¿Qué es la volatilidad y como puede afectar a mi ahorro?
27 de agosto de 2020
4 min de lectura
La volatilidad es la información estadística que mide la intensidad de las variaciones que se producen cada día en las cotizaciones de los activos financieros.
La volatilidad mide cómo la rentabilidad de un activo se ha desviado de su media histórica. También es llamada “desviación típica” o desviación estándar. Es decir, el grado de oscilaciones a determinado plazo que registran los precios de las acciones, los bonos, las materias primas o las divisas, etc.
Una “desviación típica” alta significa que las rentabilidades del activo han experimentado fuertes variaciones, mientras que una desviación típica baja indica que esas rentabilidades han sido mucho más estables en el tiempo.
Cuanto mayor sea la desviación típica mayor será la pérdida potencial para el partícipe y, por consiguiente, mayor su riesgo. Un inversor a corto plazo tiene más posibilidad de perder dinero en un activo que presenta fuertes altibajos.
Una mayor volatilidad indicará que las oscilaciones de estos precios respecto a la media serán mayores que cuando la cifra es baja, que indica por lo tanto un grado de dispersión mucho menor. Si el precio de un activo se mueve mucho y muy rápido se dice que ese precio es muy volátil.
Hay que tener en cuenta que la volatilidad sólo mide el comportamiento pasado de un activo o variable económica.
Volatilidad: ¿Riesgo u oportunidad?
Lo más común, aunque no siempre lo más acertado, es que se hable de volatilidad como sinónimo de riesgo. Esta tendencia está basada en el razonamiento de que si tenemos en nuestra cartera un activo con fuertes oscilaciones, puede darse la circunstancia de que nos veamos en la situación de necesitar vender nuestra posición en una gran oscilación a la baja. Por lo tanto, la posibilidad de incurrir en una pérdida del capital invertido es mayor que en otro activo con menor volatilidad.
La Teoría Moderna de Carteras identifico la volatilidad con el riesgo que tienen los distintos activos. Para esta teoría la clave es lograr la mejor combinación de rentabilidades por unidades de volatilidad. Es decir, optimizar los beneficios buscando la mejor combinación entre rentabilidad y oscilaciones de los precios.
No obstante, este enfoque cambia si afrontamos nuestras inversiones con una filosofía y estrategia de largo plazo.
Usos que podemos hacer de la volatilidad en estrategias de largo plazo
Si el enfoque del inversor es de largo plazo, no será tan relevante que los precios atraviesen caídas bruscas ante situaciones concretas. Con el transcurso del tiempo, a largo plazo, el mercado debería acabar poniendo en precio adecuado el valor del activo.
Para un inversor que es capaz de estimar un precio de entrada atractivo, la volatilidad puede traer importantes oportunidades de conseguir rentabilidades superiores al mercado. Esta volatilidad le dará oportunidades de comprar a precios bajos, cuando se produzca una de estas oscilaciones en ciclos de bruscas caídas en los mercados de valores. Si no hubiese volatilidad, estas oportunidades serían mucho más difíciles de encontrar.
Si el inversor ya tiene ese activo en cartera (ej. acciones de una compañía), la volatilidad será también un aliado para poder volver a comprar más acciones de esa misma compañía a precios más bajos, con ocasión de momentos de fuertes correcciones.
La volatilidad también puede resultar de gran ayuda para rotar la cartera, vendiendo acciones de empresas a las que los movimientos de los precios han llevado a niveles sin margen de seguridad, y cambiarlas por otras que hayan sido castigadas en exceso.
No obstante, a pesar de que puede ser fuente de oportunidades, mayoritariamente sigue viéndose como un sinónimo de riesgo.
Volatilidad en el mercado
La forma más habitual de medir la volatilidad del mercado es mediante el índice VIX. Es un indicador global que, aunque se calcula con el precio de las opciones financieras (Mercado de Chicago-CBOE) sobre el índice S&P 500 de Estados Unidos, tiene influencia a nivel mundial. Si es elevado dicho índice nos indica que en el mercado hay miedo y pesimismo, momento en el que toma una relación negativa con el S&P 500 (correlación negativa).
Rentabilidades pasadas no garantizan rendimientos futuros.
Como en cualquier otro producto de inversión, invertir en fondos y/o planes de pensiones implica asumir un determinado nivel de riesgo. Cada fondo/plan de pensiones, en función de sus características específicas y de los activos en los que invierte, implica un nivel de riesgo y, en todo caso, la posibilidad de incurrir en pérdidas sobre el capital invertido. Puedes consultar los riesgos específicos de cada vehículo en el folleto disponible en www.bbvaassetmanagement.com
La lectura de este artículo, junto con Los test de conveniencia y de idoneidad de las inversiones, El binomio rentabilidad riesgo en una inversión y Cómo identificar adecuadamente mi tolerancia hacia el riesgo en las inversiones, será válido por 1 hora de formación continua para la recertificación EIA, EIP, EFA, EFP, CFA y CAd. Puedes encontrar el test en la página de EFPA España y en la página de CFA Society Spain.