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¿Tú también crees que conduces mejor que la media?

BBVA AM España

17 de mayo de 2021

La ciencia de las “Finanzas conductuales” nos muestra que los inversores no son siempre racionales o no actúan en consecuencia a cómo deberían hacerlo en base a la información de la que disponen.

Tratamos en este post sobre dos sesgos (tendencias de la conducta) que suele darse en el comportamiento de muchas personas y que los llevan a tomar más riesgos de los necesarios: el exceso de confianza y la ilusión de control.

Exceso de confianza

De acuerdo al sesgo de exceso de confianza (en inglés overconfidence), tendemos a sobrevalorar nuestra capacidad intuitiva para razonar y hacer predicciones.

La sobreconfianza nos lleva a creer que tenemos más conocimientos o información que el resto para tomar las decisiones con más exactitud. En el caso de tener que hacer predicciones, este sesgo nos lleva a pensar que la probabilidad de fracaso es menor que la real, y damos más probabilidad a acertar de la que correspondería realmente.

Cuando hablamos de inversión, si tenemos exceso de confianza tendemos a infravalorar los riesgos de nuestras decisiones financieras y a sobreestimar las ganancias que esperamos.

Esto, por lo general, nos llevaría a realizar un exceso de compraventas, incurriendo en altos costes de transacción que reducen la rentabilidad y a tener nuestra cartera de inversión no suficientemente diversificada.

Internet está teniendo un papel importante en el aumento de la confianza en la toma de decisiones, debido a la gran cantidad de información que está accesible en esta red.  El fácil acceso online a recomendaciones de expertos, nos puede conducir a pensar que tenemos toda la información necesaria para tomar decisiones.

Estudios académicos han mostrado que, con internet, aunque se mejora la cultura financiera, también aumenta el sesgo de exceso de confianza llevando al inversor a tomar ciertas decisiones financieras sin los conocimientos necesarios.

La ilusión de control

Podemos definir este sesgo como la tendencia de las personas de creer que pueden controlar resultados, o al menos influir en ellos, en los que realmente no tienen ninguna influencia.

El sesgo de la ilusión de control aparece con mucha frecuencia en el juego de azar: con aquellas condiciones que el propio jugador no puede controlar, y acaba pensando que tiene control sobre la situación y que podrá ganar más dinero si se lo propone, como si dependiera de él cuando en realidad todo es azar o resultado de la suerte.

El sesgo de la ilusión de control favorece que el jugador siga jugando a pesar del perjuicio que esto está provocando:  el jugador “cree que puede controlar el azar” y por tanto los resultados, aunque no siempre sea de forma consciente.

El sesgo de ilusión de control también es muy habitual en las inversiones.

Errores y riesgos de estos sesgos en materia de inversiones

La ilusión de control y el  exceso de confianza son sesgos muy vinculados entre ellos. Ambos son sesgos que hacen creer al inversor que cuentan con unas capacidades y un margen de maniobra con el que realmente no cuentan, y le alejan de una cautela y de un comportamiento moderado para llevarlo a incurrir en riesgos potencialmente peligrosos.

Los errores más comunes que provoca el sesgo de exceso de confianza están relacionados con la infravaloración de los riesgos, no diversificar y realizar demasiadas operaciones. Está comprobado que los inversores que realizan demasiadas operaciones tienden a obtener retornos significativamente inferiores a los del mercado.

La Ilusión de control también suele llevar a asumir riesgos superiores a los recomendables basándose en la creencia de la fortaleza del análisis propio: el inversor está lleno de confianza y cree acertadas sus decisiones, lo que le lleva a tomar decisiones más arriesgadas.

Al igual que el exceso de confianza, la ilusión de control conduce en ocasiones a que el inversor no diversifique lo suficiente su cartera, lo que puede hacer incurrir al inversor en pérdidas indeseadas o superiores a las que debería tolerar.

Qué hacer para evitar caer en las consecuencias negativas de estos dos sesgos

Recurrir a asesoramiento especializado y, especialmente, una buena diversificación con una correcta selección de activos y un plan de inversión periódica, son clave para eludir riesgos y tratar de alcanzar los objetivos de inversión. Algo que ofrece la inversión en fondos frente a la inversión directa. 

Una solución sencilla y adecuada es poner la inversión de nuestro ahorro en manos de profesionales expertos: entidades gestoras de instituciones de inversión colectiva-IIC (por ejemplo, de fondos de inversión), que gestionan el patrimonio de los clientes en base a criterios de rentabilidad para el nivel de riesgos asumido, según el perfil del cliente, y que aplican técnicas de finanzas conductuales en la gestión de las inversiones. Es el caso de BBVA Asset Management.

La lectura de este artículo, junto con ¿Por qué nos cuesta tanto ahorrar? y Economía del Comportamiento: ¿Cómo afecta el miedo a las pérdidas en nuestras decisiones de inversión? será válido por 1 hora de formación continua para la recertificación EIA, EIP, EFA, EFP, CPD, CFA y CAd. Puedes encontrar el test en la página de EFPA España y en la página de CFA SocietySpain.